Se presentan las metodologías y experiencias del facilitador, incluyendo la programación neurolingüística y el mindfulness. Se establecen reglas para un espacio seguro y se introduce un sistema de interacción.
Los participantes participan en una dinámica llamada "Semáforo", donde identifican qué aspectos deben evitar, continuar y agregar durante el taller.
Los participantes no solo adquieren nuevas habilidades, sino que también experimentan la emoción y la satisfacción de superar desafíos en un entorno lúdico y dinámico.
Los participantes se enfrentan a desafíos que promueven la colaboración, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. A través de actividades como la resolución de acertijos, los asistentes desarrollan habilidades de trabajo en equipo y mantienen la concentración en la tarea. Se fomenta la creatividad y la interacción entre los participantes, quienes experimentan una sensación de logro al superar los desafíos propuestos.