En este fragmento del taller sobre dinámicas grupales, Marlene nos brinda una valiosa lección sobre la importancia de la selección cuidadosa de las dinámicas y la claridad en su explicación.
Nos muestra cómo una instrucción malinterpretada puede conducir al fracaso de la actividad, destacando así la responsabilidad del facilitador en garantizar que la información se transmita de manera efectiva. Además, nos invita a reflexionar sobre la necesidad de verificar la comprensión de los participantes y adaptar nuestras preguntas para evitar herir sensibilidades o generar incomodidades.
Esta lección nos enseña que ser facilitador va más allá de simplemente conocer las dinámicas; implica habilidades de comunicación, empatía y adaptabilidad para crear un entorno seguro y propicio para el aprendizaje grupal.